En
mamíferos, el aire entra por las fosas nasales y se distribuye por conductos
hasta desembocar en los alvéolos.
Ahí tiene lugar el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. En
los pájaros, sin embargo, el intercambio de gases se produce en los parabronquios y en una sola dirección, por lo que
resulta más eficaz. Por eso las aves vuelan sin problemas
de falta de oxígeno a altitudes en las que los mamíferos caeríamos en coma.
En relación a esto, hay que añadir que los cocodrilos
respiran como las aves. Esto se debe a que cuando estos evolucionaron de los arcosaurios los niveles de oxígeno atmosférico
eran entonces del 12%, comparados con el 21% del aire que respiramos hoy.
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